El ventanuco, 2007.

Actualidad y opinión sobre El Valle de Mena

 
 

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Un ventanuco triste
 

 
 

Si al ser humano antes de comenzar el periplo de la vida se le ofreciese un avance de lo que va a ser su existencia, a buen seguro, muchos declinarían la oferta de la vida y optarían por no iniciarla.
Sin embargo, la persona de la que habla el ventanuco hubiese apostado por la vida porque era un luchador nato a pesar de un final tan cruel.

Conocí a Víctor cuando yo tenía 10 años y el 14. Han pasado 35 años y recuerdo perfectamente el día que apareció por aquí. Vino con José, el barbero ó José, el sillero, un hombre que ahora ronda los 83 años y que a lo largo de su vida ha ejercido de barbero y de sillero.
Víctor había acabado los estudios en la escuela y buscaba trabajo. Así que vinieron donde mis tíos que tenían una fábrica de muebles.
Estuvieron hablando, en la delantera de mi casa, con mi padre y uno de mis tíos.
Todo lo hablaba José, el barbero. El chaval casi no despego los labios.
A los pocos días Víctor empezó su trabajo en el taller de muebles. En aquella época yo me pasaba todo el día pegada a los pantalones de mis tíos por lo que el taller era mi lugar de juegos y Víctor comenzó de pinche junto con otros dos amigos suyos. Era pequeño, delgado, muy simpático, trabajador y muy buena gente. Un ser noble.

Pasó su adolescencia trabajando en el taller y viviendo en la casa de sus padres en el barrio de Cereceda (Nava) a escasos tres kilómetros de la fábrica.
Pasó sus escarceos amorosos y alguna que otra borrachera y también algún que otro golpe con el coche.
Se casó y tuvo hijos.
Cuando llevaba 25 años en el taller empezaron los problemas entre mis tíos y la empresa que habían creado acabó dividiendo a toda mi familia, siempre por cuestiones monetarias y de herencias. Mis tíos acabaron odiándose después de 50 años juntos.
La empresa pasó a uno de mis tíos pero los empleados de toda la vida se fueron marchando y sólo quedó Víctor hasta que mi tío se vio obligado a venderla.
La fábrica se la vendió a un empresario vasco. Después ese empresario la vendió o la alquiló a Víctor y otros dos socios. Y aquel niño de 14 años que empezó de pinché acabó dirigiendo la empresa, y lo mismo que José, el barbero, le trajo a él pues él fue trayendo empleados y trabajando como el que más.

En su camino se cruzó con gente un poco “ligera de cascos” y ya se sabe que con esa gente siempre se tiene las de perder pero él fue limando las situaciones embarazosas con calma y serenidad. En dos ocasiones le vi perder los nervios en sendas discusiones con la misma persona.
Acabó separándose de su mujer y ya en el verano del 2005 era un hombre feliz, volcado en sus hijos y en sus proyectos empresariales.
A su hija le acababa de comprar un coche y a su hijo le había hecho una piscina enorme para que llevase a todos sus amigos.
Hay veces, que los padres proyectan en sus hijos todo lo que ellos no han tenido y se olvidan de lo más importante que es su formación. Luego no es de extrañar que muchos hijos vean a sus padres como un cajero automático.
Se le veía contento dentro de su carácter sereno y trabajaba de sol a sol.  Venía a la fábrica a las 7h. de la mañana y muchos días se iba a las 10h de la noche.
Yo pensaba:-¿Cómo aguantará tanto tiempo haciendo armarios, camas, mesitas…?
En las Navidades del 2005 hizo dos viajes a un país del Este, creo que se había echado una novieta rumana.

El miércoles 9 de febrero del 2006 nos ayudó en la matanza del cerdo junto con sus compañeros de trabajo. Hacia las 12h del mediodía dijo que se iba a casa a acostarse un rato porque no se encontraba bien. A las 12h de la noche se encontraba en el hospital de Cruces sin poder mover el cuerpo y con respiración asistida. Una persona que no había cogido la baja laboral en su vida.
Su situación era critica, solo movía la cabeza.
Fueron pasando los días, los meses y Víctor no recobraba movilidad. Un virus en la médula ¿Qué tipo de virus?, ¿Cómo combatir el virus? Todo incógnitas. Hoy un tratamiento, mañana otro y nada.
Llegó el verano 2006 y era una cabeza pensante. Era consciente de su situación: tetrepléjico y enganchado a una máquina para respirar. Y con la mente totalmente lúcida.
Un sufrimiento para él y para su familia; sus hermanos no lo han abandonado ni un solo día. Casi un año en el hospital y en diciembre, decidieron llevarle a Toledo a la clínica de parapléjicos y allí estuvo cerca de un mes adaptándole para que pudiera salir del hospital.
Volvió a Cruces, ya tenía preparada la silla, ya respiraba por si solo y sobre todo estaba contento de volver al valle.  El  24 de enero falleció.
Siempre pensé que saldría de esta pesadilla, más propia de una película de terror.

Un tímido pero persistente rayo de sol golpea el ventanuco. ¡ BRAVO POR VÍCTOR, 49 AÑOS DE UN SER NOBLE.!
 

 
     


BRAVOS Y MORRILLAZOS.
 


BRAVO POR LAS CIGÜEÑAS.
                                   El martes 9 de enero ya estaba de vuelta una cigüeña en Villasante de Montija.

 

UN MORRILLAZO EN FORMA DE COPO DE NIEVE para la meteorología. En dos días hemos pasado de 15 grados a 4 bajo cero con nevada incluida. ¡y luego dicen que hay un calentamiento global!




 


UN BRAVO POR LA VITALIDAD DE HÉCTOR que con sus 86 años vive solo en la ferrería de Villasuso. En los monográficos del verano 2000 subió a la cueva Santa Cecilia como un atleta. Hay que decir que la cueva se encuentra en la roca de La Peña y se sube casi a gatas por toda la ladera, lo que supone un esfuerzo considerable y un riesgo.
Es un ser feliz ocupado en sus quehaceres. Cuando paso por la ferrería sale su perro “Látigo” y detrás él. Siempre me desea un buen día.
Vivió una temporada en Australia, chapurrea el inglés y en las conversaciones, de vez en cuando, mete palabras inglesas. Un día me dijo que su vitalidad residía en su potencial cerebral y yo lo creo.


UN MORRILLAZO DE PIEDRA CALIZA DE LA PEÑA + OTRO DE ARENISCA DEL ORDUNTE PARA LOS RESPONSABLES DEL MANTENIMIENTO DE LOS CAMINOS FORESTALES DEL VALLE ( SI ES QUE HAY ALGUIEN).
Hay un camino de monte que va desde el pueblo de Menamayor hasta la falda del monte Orilla, alrededor de 4 kilómetros y veo como año tras año se tira el dinero en ese camino. Ha pasado de ser un camino de monte a una autopista, ya solo falta que lo asfalten y le pongan alumbrado público y la mayoría de los caminos del valle totalmente abandonados y llenándose de maleza.
Muy pocas veces me encuentro con gente a lo largo de todo el trayecto. No entiendo por que todos los años hacen mejoras en él si lo transitamos cuatro y la servidumbre que hace a las fincas es mínima puesto que es todo monte.


UN BRAVO A MEDIAS POR EL RADAR FIJO QUE HAN COLOCADO EN LA CARRETERA CL-629. CREO QUE AÚN NO FUNCIONA.

 
 
 
 
     
 

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