Si
a Cervantes le llegan a decir que para escribir el Quijote
primero tiene que pasar por una escuela de escritura, a buen
seguro que el argumento del libro hubiese versado sobre la
locura de un escritor por rellenar de letras la pantalla del
ordenador.
Un conocido acude
periódicamente a clases de escritura y como deberes le
imponen, de vez en cuando, escribir un cuento cuidando al
máximo la redacción, estructura de las frases, diálogos y no
pasarse de un determinado número de folios.
En principio, esto está muy
bien pero cuando hay que inventarse un argumento si no se
tiene imaginación, creatividad y sobre todo ilusión por
desarrollar esa idea fantástica pues las clases no sirven para
nada. Es como escribir por encargo.
¿Hubiese escrito Cervantes el
Quijote si una editorial le encarga una novela de caballería?
Es duro ponerse delante de un
papel en blanco y pensar que hay que rellenar 300 páginas ó
más, esto no le ocurre a mi amigo que no se gana el sueldo
como escritor y tampoco tiene intención de publicar una novela
aunque si acaso un libro sobre un taller de escritura.
Cuando le pregunto que por qué
acude a un taller de escritura dice que lo mismo que otros van
a clases de baile, natación, inglés, interpretación… él acude
dos días por semana a escuchar y leer las historias y
fantasías que se inventan otros. Lo malo viene cuando le toca
a él sacar a flote su creatividad.
¿Por qué se escriben historias
fantásticas que atrapan al lector en cuanto empieza a leer la
primera página de un libro?
YO, NO LO SE.
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